Conquistar un Municipio

Publicado el 1 de noviembre de 2019

No estaría mal empezar siendo alcalde. Imaginadlo: unas cuantas familias ocupamos un territorio de no más de 100 habitantes. Por cosas de la vida nos convertimos en la mayoría de la población censada. Presentamos de entre todos a un candidato a la alcaldía, seguramente al que menos ganas tenga de serlo y, ah, alcanza la mayoría de votos. El Ayuntamiento es nuestro.

Así, de sopetón, suena casi cínico, pero no os preocupéis, es democracia legítima y sana.

En mis primeros pensamientos sobre cómo podría prosperar el ideal distributista que perseguimos, y que es motivo fundamental de la existencia de esta web, surgía siempre la imagen de esta pequeña aldea abandonada, triste y vacía, con difuminadas huellas de una historia con canciones y buena bebida. Me imaginaba con unos cuantos locos como yo reconstruyéndola desde abajo, conservando las siluetas dibujadas en el suelo de lo que fueron orgullosas construcciones de piedra. Construiríamos la iglesia del pueblo como debe construirse una iglesia: con forma de cruz, vidrieras y el altar al fondo, incrustado en la roca.

Lo bueno y malo de hacerse adulto es que te vuelves más práctico y empiezas a desechar ideas de tu infancia por absurdas o irrealizables, e intentas economizar esfuerzo y tiempo.

En España hay cientos de Municipios que se mueren. El famoso éxodo rural ha dejado desnudo un territorio que es, en su inmensa mayoría, campo. Y este campo ha quedado como la joven virgen que busca un esposo. Nos llama a repoblarlo, a cimentar raíces profundas y a dar frutos a los que se han dignado a hincar la rodilla para domar la tierra.

El Cardoso de la Sierra, por poner un ejemplo, es un Municipio situado en el pico Noroeste de la Provincia de Guadalajara, haciendo frontera con Madrid y Segovia. Tiene la escandalosa extensión de 186,87 km2 y una población de 64 habitantes. A esta pertenecen los pueblos –ocupados- de Cabida, Bocígano, Colmenar de la Sierra, Corralejo, Peñalba de la Sierra y El Cardoso de la Sierra, que es el núcleo principal por ser la sede del Ayuntamiento municipal. Alberga, para más señas, las ruinas de lo que fue el monasterio cisterciense del Real Sitio de Santuy, que ahora es propiedad privada.

La alcaldía nos proporcionaría un gran margen de maniobra, ya que tiene una serie de competencias en el ejercicio de su gobierno que son muy interesantes para nuestro objetivo. Podríamos destacar competencias tales como la seguridad en lugares públicos, la ordenación, gestión, ejecución y disciplina urbanística, el suministro de agua y alumbrado público, o la participación en la programación de la enseñanza. Esta última incluye la vigilancia del cumplimiento de la escolaridad obligatoria, que cumpliríamos a rajatabla, ¿no?

Sin ánimo de extenderme más, esta es la primera idea que propongo oficialmente para debatir en La Semilla de Mostaza. ¿Es viable hacerse con un municipio?